MISIÓN- EXPERIENCIA DEL AMOR PROVIDENTE DEL PADRE

Mi experiencia misionera en México (Yucatàn) fue hermosa, expresar con palabras lo vivido no es tan fácil, porque lo que vive en el corazón no encuentra palabras adecuadas..
Llegué a la misión con mucho temor pero confiando todo en las manos de la Divina Providencia. Al inicio de la misión fue un poco extraño, el continuo cambio de comunidad con las nuevas hermanas, el aprendizaje del idioma, y la cultura para insertarme como Hijas de la Divina Providencia del camino apostólico, Dios me hizo experimentar la providencia continuamente en mi vida diaria.

Mi experiencia de evangelización en tierras yucatecas ha sido un enriquecimiento, en mi crecimiento personal y sobre todo en la fe. El Señor me ha ofrecido la oportunidad de trabajar con el catecismo de niños y adultos, pastoral juvenil, en los pueblos y en los últimos 4 años he vivido una experiencia maravillosa con las niñas del internado “Casa Divina Providencia”. Yo evangelizaba pero mas que evangelizar ha sido un acompanamento reciproco en el crecimiento de la fe, he sido testigo della presencia de Dios en toda su vida de algrias, pobreza, tristeza y enfermidades. Comprendí lo que significa vivir con un pueblo y abrir mi mente y mi corazón para acoger cada día la novedad de Dios y experimentar concretamente la confianza y el abandono en su providencia. La principal actividad que realicé en el país de misión fue la formación religiosa de niños y adultos, visitas domiciliarias a centros pastorales y visitas a pueblos y, al final del año, preparación para la primera comunión y confirmación en parroquias y pueblos.

La misión de nuestro albergue “Casa Divina Providencia” es brindar asistencia integral a niñas en situación de vulnerabilidad y brindarles una mejor calidad de vida, promover y restituir sus derechos y deberes. Es un trabajo muy difícil, estar con ellas y escuchar sus dolorosas experiencias vividas a temprana edad… pero las alegrías y los éxitos con las niñas me recuerdan el pensamiento de la Madre fundadora «…usar medios sencillos y maternal con las niñas …”
Por ultimo, quisiera agradecer al Señor y a la Madre General que me ha concedido esta oportunidad de experiencia misionera de la Iglesia y de la Congregación. Quiero agradecer a cada persona pequeña o grande que ha encuentrado a mi vida y me ha enseñado un mayor amor por el Señor. ¡Gracias por cruzarte en mi camino!

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