El sábado, que precede al tercer domingo de noviembre, celebramos a la Madre de la Divina Providencia, protectora del Instituto, nacida bajo la mirada materna en la iglesia de San Carlo de Catinari en el año 1832. Estamos llamados a vivir, en cada situación, abandonado con confianza en las manos del Padre que cada día alimenta a los pájaros del aire y viste de maravilla las flores de los campos. La Madre de la Divina Providencia nos enseña a llevar en el corazón incluso lo más difícil de comprender y, como en la boda de Caná, nos repite hacer, con amor de niños, … “Hagan lo que èl le diga” .