Testimonio Juvenil

Una bella aventura para conocer a Dios

Yo, Hmna. María Teresita de Jesús Mis Pech, doy gracias al Señor con un corazón lleno de alegría y gratitud por tantas bendiciones recibidas en el camino de mi vida. En el momento en que me sentí más lejos de Dios y experimenté toda la nostalgia, traté de buscarlo, sin imaginar que Él me estaba buscando y que estaba a mi lado; Su presencia providencial fue mi luz. Estaba dando los primeros pasos, cuando me uní a un grupo apostólico donde conocí a una religiosa, fue para mí como “Juan el Bautista”, porque a través de ella conocí a las Hijas de la Divina Providencia, la familia religiosa a la que pertenezco.

Así es como esta hermosa aventura llena mi vida de significado. El Señor me ha otorgado muchas gracias que tocaron mi corazón a través de tantas personas que me ayudaron en el camino a menudo difícil.

¡El Señor ha cumplido mi deseo de conocerlo, de amarlo cada vez más y aún me sorprende! Ahora puedo decir con certeza que todo lo que he dejado no vale nada porque la «perla preciosa» es solo Él y sentirse amado por Él, así que puedo decir como San Pablo: «¡Lo considero toda una basura, para ganar a CRISTO! (Fil 3, 8)

Este pacto de amor lo he sellado con mi profesión perpetua el 8 de septiembre de 2018: el día más feliz de mi vida, lo había soñado y esperado tanto. Es hermoso cantar mi agradecimiento junto al salmista: » Te doy gracias Señor, con todo mi corazón.»

(Salmo 137, 1)

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